viernes, 18 de abril de 2014

LLENA DEL BOZO CON ESQUIS. ¿Como se subía?

Pues eso, que un poco más y ya casi no nos acordamos de por dónde se sube a este monte. Hacía ya 7 años que no lo subíamos y esta vez optamos por subirlo con esquís. Tras el palizón de Collarada nos decidimos por un monte con, en teoría, poca porteada con esquís. Esta vez madrugamos bastante y para las 8:00h ya estamos saliendo desde la verja.

Una vez vemos los montes de la zona, vemos que la nieve empieza un poco más abajo de la entrada del embudo del Aspe, por lo que nos queda poca porteada con esquís (en teoría). Llegamos al asca y comprobamos que la nieve está como la piedra, por lo que nos calzamos los crampones y seguimos con los esquís en la mochila.

La trilogía de Aísa a la bajada

La llena del Bozo, todavía en sombra a la subida

La Llena de la Garganta

Ahora encaramos el valle de subida a la Llena y en poco tiempo ya tenemos la pala final delante nuestra lista para subirla. A todo esto, hemos madrugado tanto que es la primera vez que nos da el sol. A unos 10min. de acabar la pala final, dejamos los esquís y subimos ya sin peso hasta la cima. Como hemos llegado muy pronto y la nieve todavía está dura, esperamos una hora hasta que le de un poco el sol para que se reblandezca.

Subiendo la pala final

Acabando la pala final

Llegando a la cima

En esta hora disfrutamos de las vistas hacia el Aspe y Llena de la Garganta, hacia un lado, y del Bisaurín hacia el otro. Aunque no había parecido que era un monte solitario y sin gente, habrá tranquilamente en este monte unas 20 personas. Luego bajaremos por la misma vía de subida, por lo que la cara W se queda para otro día (demasiado dura). La verdad es que se veía bastante chula y vertiginosa

Bisaurín desde la cima

Llena de la Garganta y Aspe (por ahi está Mikel)

La cara W se queda para otro día

Otra del Bisaurín y del Olibón (en primer plano)

Al final, a las 12:00h empezamos a bajar y pillamos la bajada perfecta. Le acaba de dar el sol y todavía sigue un poco dura. Lo justo como para no estar pesada. Esta tan perfecta que no nos importa volver a subir la pala del collado para bajarla otra vez. La pena es que con los esquís se baja tan rápido que la diversión se acaba enseguida. Aún así podemos bajar por una lengua de nieve casi hasta el valle.

Ya estamos en el coche y, por supuesto, no se nos olvida la parada en el Anaya para repostar. Un día perfecto y mucho menos paliza que Collarada hace dos días.


Un saludo y a disfrutar del monte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario