En más de una ocasión ya he comentado
que mi padre es un masoca, pero salir de noche de empalmada y subir
al Collarada para luego ir a trabajar se lleva la palma.
Anteriormente, por circunstancias personales, no nos podíamos
plantear estas ascensiones largas, pues teníamos que estar de vuelta
en Pamplona a las 16:00h. Llega mi padre a las 6:30 a casa y salimos
dirección a Villanúa. Llegamos a la barrera, aparcamos el coche y
empezamos a subir a la Trapa hacia las 9:15h. Un poco tarde.
Cogemos todos los atajos que podemos
pero el camino sigue siendo igual de duro por ese bosque de pinos.
Como todavía estamos frescos (aunque estemos sudando como cerdos)
aguantamos bien el peso de la mochila con esquís. Al final llegamos
a la Trapa y, tras un pequeño descanso, seguimos subiendo en
dirección al paso de la Trapa.
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Llegando a la Trapa, todavía frescos |
Se trata de un paso inclinado que se
puede subir por la izquierda (en estas fechas con nieve) o por la
derecha por unas cadenas instaladas. Por éste último bajaremos a la
vuelta. Total, que salimos arriba del paso y ya tenemos Collarada
delante nuestra. No se ve muy lejos, pero luego comprobaremos que
nuestras apreciaciones eran erróneas.
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Acabando el paso inclinado |
Llegamos a un segundo refugio y desde
aquí nos ponemos los esquís, pues la nieve es continua hasta
arriba. La subida a este monte es, hasta la pala final, larga y
suave. Se sube por unas palas enormes hasta que entras en una especie
de valle pequeño y llegas a la balsa de los Campaniles (a unos
2400m).
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Toca ponerse los esquís, con Collarada al fondo |
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Hacia nuestro objetivo por suaves pendientes |
Ahora ya si que se puede decir que
tenemos la pala final del Collarada delante de nosotros. El cansancio
de un mes de sequía y el no-pegamento de las focas se notan y nos
retrasan bastante. Empezamos a subir la pala poco a poco pero se nos
está haciendo muy largo. No dejamos de mirar el altímetro. Voy
pensando "Ya sólo quedan 300m, 250m, 200m....". Hasta que
al final llegamos a la base del tubo final a unos 2800m. ¡Ya no
queda nada!. Dejamos los esquís y seguimos lo que queda a pie.
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A punto de encarar la pala final |
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A punto de afrontar la pala final |
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El tubo final |
El tubo, ya falto de nieve, se nos hace
más llevadero que la pala y sin darnos cuenta ya no queda más que
subir. Tras una emotiva llegada, estamos en la cima. El esfuerzo a
merecido la pena por llegar a esta emblemática cima. Es tarde, por
lo que sacamos un par de fotos y tiramos para abajo. Ahora queda
disfrutar de la bajada con esquís, o por lo menos de la pala final.
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Por fin en la cima!! |
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Otra de la cima del Collarada |
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Vistas hacia Ordesa y Vignemale |
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Balaitous al fondo y Punta Escarra en primer plano |
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Midi d'Ossau y Pala de Ip |
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Zona del Bisaurín y Aspe |
Llegamos al refugio de la Trapa y no
queremos pensar que todavía nos quedan 500m de desnivel hasta el
coche para no deprimirnos. Pero lo hacemos y nos deprimimos. Toca
bajar lo que queda por ese bosque tan desesperante. Llegamos, al fin,
al coche bastante cansados. Cogemos el coche y los dos sabemos que
debemos hacer: ir lo más rápido que se pueda al bar Anaya, en donde
engulliremos, literalmente, unos pinchos de tortilla ante el asombro
de la camarera.
Un saludo y hasta siempre, Abuela!!
Este monte te lo dedicamos